Tener un tatuaje es una forma de expresión artística y personal, pero también requiere atención y cuidado adecuados.

Como la piel que ha sido tatuada es una herida, es fundamental seguir una rutina de cuidado que promueva la cicatrización, prevenga infecciones y reduzca la formación de cicatrices. Aquí te compartimos los pasos clave:

1. Mantén la piel limpia

Tras realizarte un tatuaje, tu artista colocará un vendaje que debe permanecer entre 24 horas o más, según indicaciones. Una vez que retires el vendaje, limpia suavemente la zona con agua tibia y un jabón suave sin perfume. Evita frotar con fuerza y seca con palmaditas suaves. La limpieza regular ayuda a prevenir infecciones y mantiene la piel en buen estado para sanar.

2. Hidrata tu tatuaje con regularidad

La piel tatuada puede volverse seca y escamosa, afectando la intensidad y brillo de los colores. Por eso, es fundamental mantenerla hidratada. Productos como BioTatto para cuerpo son ideales, ya que se absorben rápidamente, sellan la humedad y nutren la piel con ingredientes naturales como amanteca de cacao, manteca de karité, cera de abejas, aceite de Cúrcuma, aceite de ricino, aceite de almendras, hidrolato de dibidivi, nanohidroxiapatita y vitamina E

¿Quieres potenciar aún más la recuperación? Te recomendamos BioTatto, un producto especialmente formulado para acelerar la cicatrización, conservar los colores y mantener tu tatuaje en perfecto estado. Gracias a su composición avanzada, BioTatto ayuda a que la piel se recupere más rápido, protegiendo los pigmentos y asegurando que tu tatuaje luzca siempre vibrante.

3. Protege tu piel del sol

La exposición solar puede desvanecer los colores y dañar la piel tatuada. Es indispensable aplicar un protector solar de amplio espectro con SPF 50 o superior diariamente, incluso en días nublados. Además, evita la exposición prolongada al sol para prevenir que el tatuaje se decolore o quede con manchas.